domingo, 13 de abril de 2008

Simplicidad, simplicidad, simplicidad!

Sean tus asuntos dos o tres y no un centenar o un millar; en vez de un millón cuenta media docena, y haz la cuenta en la uña del pulgar. En medio de este mar picado de la vidas civilizada, son tales las nubes, las tormentas, las arenas movedizas, y los mil y un detalle que deben considerarse, que un hombre, si no quiere zozobrar e irse a pique sin llegar a ningún puerto, tiene que vivir haciendo estimas, y ha de ser un gran calculador, por cierto, quien tenga éxito. Simplifica, simplifica. En lugar de cien platos, cinco; y reduce las otras cosas en la misma proporción.
de HENRY DAVID THOREAU.

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